Primer paso: empieza el día con ejercicio y buena alimentación
Por ningún motivo debes saltarte el desayuno o aguantar hambre, ya que esto ralentiza el metabolismo y hace más difícil la eliminación de grasa. Pero antes, empieza el día con un vaso de agua tibia con limón.
Realiza una rutina de ejercicios cardiovasculares de media hora. Puede incluir correr o trotar, andar en bicicleta, saltar la cuerda o bailar, entre otros. Lo ideal es empezar el ejercicio antes del desayuno, ya que a esta hora no has ingerido calorías y el cuerpo utilizará las que tiene acumuladas como combustible.
Después de los ejercicios descansa un poco y luego consume un desayuno saludable rico en fibra.
Segundo paso: el último alimento que consumes al día
Es muy importante comer algo ligero como cena, por lo menos 3 horas antes de ir a dormir. Comer antes evita que el organismo haga la digestión y esto le hace más pesadas las cosas al cuerpo.
Mientras duermes tu metabolismo no está tan activo como en el día y no es suficiente para quemar calorías. Por lo tanto, lo ideal es comer algo ligero, bajo en calorías y con tiempo de anticipación a la hora de dormir.
Tercer paso: realizar abdominales
Uno de los puntos clave para quemar grasa abdominal es la realización de ejercicios localizados como los abdominales. Si bien puedes dejarlos para después del ejercicio aeróbico, también puedes hacerlos en otro momento. La clave está en hacer varias sesiones de ejercicios en diferentes series durante el día.
Estos ejercicios te ayudan a quemar grasa abdominal, a tonificar y a conseguir ese abdomen que tanto has deseado. Tienen importantes beneficios, ya que aumentan el metabolismo e incrementan tu consumo calórico diario.