A la hora de practicar running, muchos piensan que es cuestión de ir dando saltitos por la calle sin más, sin preparación ni objetivos, pero lo cierto es que el running se ha tomado el mundo no por la improvisación, sino más bien por los muchos beneficios que trae y sobre todo por el amor hacia las cosas pequeñas que se encuentran en el camino, pues una persona que con constancia practica esta disciplina, puede ser más asertiva en la vida a la hora de tomar decisiones y de ver el mundo con otros ojos. Para ayudarte a no abandonarlo y seguir con disciplina, te traemos estos 5 consejos para motivarte.
Un motivo: Busca alguna razón. Ya sabemos que muchos lo hacen por adelgazar o estar en forma y tú quizás no comprendiste bien que a nadie le gusta correr, salvo si hay un objetivo claro para recolectar en el camino, por lo cual céntrate en buscar la razón por la cual quieres practicar running, ya sea para lucir mejor o simplemente para liberarte del estrés del día a día, es más, está comprobado que las personas que lo practican son más armoniosas consigo mismas porque al hacerlo se liberan endorfinas encargadas de la felicidad.
Tu “mano de obra”: Es la paradoja de quienes lo practicamos: nuestra mano de obra son nuestros pies”, ello son los que resistirán todo tu peso y los responsables en gran parte de la amortiguación correcta de tus articulaciones, por lo cual trata de cambiar tus zapatillas cada 500 kilómetros y como sabemos que es un poco difícil hacer ese cálculo, trata siempre de adquirir zapatillas con amplio respaldo y garantía de durabilidad en cuanto a los elementos de amortiguación, así que cuando veas que este sistema falla, es hora de ir a la tienda por otras. De igual forma recuerda visitar a tu podólogo para hacer una evaluación de tu pisada y de posibles correcciones que te evitaran las lesiones.
Solo descansa: Supongamos que entrenas de lunes a viernes, pues bien, lo ideal sería que el sábado te olvidaras de que el ejercicio existe, tampoco es para que te vayas a comer todo lo que hay en la dulcería, la alimentación es algo que debe perdurar todo el tiempo, de lo que hablamos es de hacer un reposo efectivo donde te sientas bien, pues justo allí es donde tus tejidos se van a reconstruir y tu cuerpo asimilará lo que hiciste durante la semana. El día domingo (en este caso), dedícalo a hacer calentamientos de baja intensidad o caminatas leves, para estar bien el día lunes.
No lo hagas por las avenidas (a menos que sean de goma): Debes saber que cuando vas por pavimento, tus articulaciones se desgastan más rápidos, es probable que al principio no sientas ningún cambio, pero luego lo veras reflejado en lesiones continuas y todo se debe al desgaste del líquido sinovial que te sirve para soportar las zancadas, así que mejor hazlo alrededor de una pista de futbol que viene acondicionada precisamente para ello, o por lo menos por el campo, sobre tierra suelta que te ayudara a tener una pisada más blanda.
Las manos: Aunque no lo creas, por varios motivos, entre los que se incluye el dinamismo y la anti- rigidez, sería mejor que corrieras como si llevaras un huevo en la mano, es decir, que la zona de tu puño no quede muy clausurada para permitir la relajación de muchos músculos.
Finalmente no dejes de buscar tu ruta, aquella que pienses que es la mejor para ti, así no entrarás en las tediosas rutinas que terminan por hacerte rendir mediante el cansancio inexplicable.