Antes de que te vayas a entrenar, es necesario que tu cuerpo y mente estén preparados para lo que se viene, pues no sería justo con tus músculos, huesos, articulaciones y demás, que comenzaras de golpe a levantar pesas o a entrar en una maratón, entonces se usa algo que es muy sencillo, pero que pocos entienden: el calentamiento.
A la hora de calentar estarás activando tus músculos de forma asertiva, es como si le estuvieras ordenando que se pusieran en marcha de inmediato para comenzar con la rutina, lo que seguramente no sabías, es que el calentamiento está basado en estiramientos y que estos a su vez se dividen en dos: los dinámicos y los estáticos:
Los dinámicos: Son aquellas acciones que implican un movimiento activo y rápido a través de pequeños ejercicios, con los cuales movilizarás gradualmente tu musculatura, con estos puedes hacer unas 8 o 10 repeticiones. El objetivo es que fluya la sangre y al mismo tiempo aumentar la temperatura del cuerpo para tenerlo preparado para la rutina posterior.
Los estáticos: Estos se dan cuando alargas un musculo y lo mantienes por unos 10-30 segundos. Algunas investigaciones hablan de no practicarlos inmediatamente antes de la práctica de la rutina como tal, sino más bien efectuarlos luego de la práctica en sí.
Lo ideal es que puedas tener la capacidad de reconocer tu cuerpo como tal y de brindarte la oportunidad de practicar ambos ejercicios. También sería de mucha ayuda que te concentrarás en cada uno de ellos para estar al pendiente de los movimientos, ángulos y líneas que puedas formar y evitar lesiones.
Así mismo, trata de hacerlo por espacio de 10 minutos, en los cuales halles puntos de equilibrio y sientas que en realidad tus músculos se estén calentando, pues esa es la finalidad de esta práctica.