Hacer ejercicio, ¿en la mañana o en la tarde?

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Hay algunos a los que se les hace fácil despertarse a primera hora de la mañana, como para otros esto es imposible y deciden hacerlo luego de su día rutinario para acabar con el estrés. Sea cual sea tu caso, te traemos posiciones comunes y también científicas que respaldan una u otra forma con los posibles beneficios que obtendrás.

Los madrugadores:

A las primeras horas de mañana no tendrás excusa alguna para perder tu sesión de ejercicio, será prácticamente un compromiso contigo mismo. También si lo haces antes de comer, activarás el metabolismo y por lo tanto la secreción de algunas hormonas o neurotransmisores tales como las endorfinas que ayudan a la vitalidad interior y exterior del cuerpo.

Quienes prefieren la tarde:

Es completamente normal que cuando salimos del trabajo o de las clases nuestra temperatura corporal y los niveles de hormonas se encuentran muy elevados, lo que supone el mejor ambiente para practicar deporte. Ejercitarte en la tarde tiene la ventaja de que podrás exigirle en una mayor medida a tu cuerpo, puesto que todo el día ha estado en un constante calentamiento y estiramiento, así que las probabilidades de lesiones son sustancialmente más bajas.

Contras para ambos:

En la mañana el cuerpo tiene una temperatura relativamente baja, por lo cual encontrar eficiencia puede ser un poco difícil.

En cuanto a la tarde, los expertos recomiendan no efectuar la práctica después de las nueve o diez de la noche sobre todo a alta intensidad pues puede afectar el ritmo del sueño cuya consecuencia es un mayor agotamiento y cansancio al día siguiente.

Ninguno de los dos problemas anteriores lo tienen los deportistas de alto rendimiento, pues se han acostumbrado de acuerdo a sus necesidades, y eso es el punto: hacer ejercicio de forma constante, y es quizás el único punto en común entre los seguidores de la alborada y los del crepúsculo.