Hipertrofia muscular

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Un gran número de personas, acuden al entrenamiento físico con el ánimo de ganar masa muscular y con esta poder desarrollar múltiples actividades. Puede que el nombre en sí, ya sea un poco atemorizante pues muchas personas lo asocian con enfermedad, más no es asi. Te explicaremos algunos puntos clave para para obtener los beneficios de la hipertrofia muscular.

Primero debemos definir el concepto, y se resume en la ganancia significativa de masa muscular y por ende de fuerza.

¿De qué depende?

De muchos factores. Uno de ellos por ejemplo es el aumento de la talla de la miofibrilla que es como el componente básico de cada musculo, estos deben aumentar su grosor, pero de una forma sana.

El anterior es un factor fisiológico, como también lo es la maximización del potencial de los sarcómeros, que no son más que la unión de dichas miofibrillas. Aparte de este tipo de condiciones, existen otras como las que enumeraremos a continuación para que puedas ganar masa muscular:

La intensidad de tu ejercicio: para comprender de que hablamos primero vamos a dividir el tipo de series en dos. En el primer grupo de series hay un requisito indispensable: por lo menos hacer 2 o 3 series completamente efectivas, esto quiere decir que vas a concentrarte todo lo posible en el desarrollo del ejercicio en esas dos series de “calidad”. En el segundo grupo deberán estar las de calentamiento (las que haces cuando comienzas tus rutinas, las primeras) y las de aproximación (que son las ultimas).

Con esos dos conceptos claros ahora debes saber que la intensidad se consigue con la carga o peso de la que te vas a valer en el ejercicio, y para conseguir una serie efectiva o de calidad, debes trazarte una meta de intensidad sobre la misma, es decir, para ganar masa muscular, deberás recurrir a realizar series con una carga adicional o por lo menos duplicar en número las que hacías antes.

¿Qué pasa si la intensidad no es basta?: Vas a estancarte, ya que con “lo normal se logra lo justo” pero si lo que quieres es darle peso a tus músculos, debes esforzarte más.

El período de las rutinas: es bueno que no siempre hagas rutinas de unos días, sino que también lo hagas con semanas y meses para que los músculos no se acostumbren pues se volverán un poco inmunes al ejercicio y de nuevo vas a quedarte estancado, asi que rota tus rutinas con el objetivo no solo de evitar lo anterior, sino también de atacar a los músculos desde distintos ángulos.

Recupérate tras una lesión: cuando algo sale mal, el cuerpo necesita un tiempo prudente para movilizar toda su “maquinaria” y reparar, esa reconstrucción, cuando es rota, necesitará el doble del tiempo que antes empleaba, así que mejor guarda reposo y espera hasta que tus músculos ya no estén resentidos.

Incrementa gradualmente: no hagas todo de inmediato, pero tampoco seas muy pausado. Si apenas empiezas, lo más seguro es que no puedas hacer el doble en un día de lo que hacías antes, asi que trázate una meta: “hoy hago 5 repeticiones más, y mañana haré 10 más que hoy” cuando haces esto, le das oportunidad a tus músculos de acomodarse al nuevo entrenamiento, no te sobre esfuerces con cargas más pesadas de las que tu bien sabes que puedes soportar, mejor respira hondo y trata de aumentar tus rutinas cada día con cierta intensidad a la que le imprimirías diariamente.

Aliméntate bien: puede que hayas seguido lo anterior al pie de la letra, pero sino consumes verduras, ni frutas a cierta regularidad, no esperes resultados mayores. El ejercicio tiene un matrimonio donde no existen divorcios con la nutrición, así que haz lo posible por buscar ayuda y diseñar una dieta.

Finalmente no esperes lograrlo todo en un mes, eso no va a pasar, más todo requiere de constancia, de trabajo arduo y al cabo de un tiempo prudente, recogerás lo que sembraste.