Una mirada seria a las drogas en el deporte

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Mencionar a Fernando Alonso, a Rafael Nadal o a cualquier deportista del mundo con una carrera limpia y exitosa por donde se vea, es como un ejemplo o modelo de vida para las generaciones más jóvenes, por su constante apropiación del deporte como medio para triunfar en la vida y como motivo para hacer algo bueno por el mundo, y por ello cuidan tanto su imagen ante la sociedad. Pero hay ocasiones en las que vemos en todas partes deportistas que han decidido tomar el camino más fácil, que al final es también el más abrumador: el de las drogas.

¿Quién no recuerda el sonado caso de Lance Armstrong?: el famoso ciclista ganador de múltiples competiciones ciclísticas alrededor del mundo, afamado, adinerado, amante de los lujos que vio caer su carrera en mil pedazos cuando se descubrió que usaba productos de origen químico y vegetal prohibidos para potenciar su rendimiento. Él es el típico ejemplo de lo que jamás se debe hacer en las justas deportivas, ni siquiera como entretención o de forma recreativa.

¿Por qué sucede?: Es lo que muchos se preguntan, ¿Por qué alguien que se supone está allí para conseguir metas de acuerdo a su esfuerzo, recurre a estrategias tan sucias como la ingesta de fármacos potenciadores de habilidades? Básicamente el entrenamiento físico busca ganar (en el caso de la masa muscular, perder (bajar de peso), o simplemente entrenar (por placer o como preparación a encuentros deportivos), pero haciendo uso de las facultades del único método que cuenta en el deporte: la disciplina.

El problema radica cuando las personas no comprenden bien el significado de ganar, porque alguien que se dopa y alguien que entrena limpiamente si tienen algo en común: la ambición por adquirir una ganancia, como en el caso de las medallas en los Juegos Olímpicos o trofeos en el futbol o lo que sea, la diferencia radica en el comprender el qué se debe usar para llegar allí. Los entrenadores la mayoría de las veces proponen rutinas, y dietas, y suplementos regulados, y comportamientos, pero es el deportista el encargado de aplicarlos a su vida y de ser consecuente con lo que está haciendo y la forma que desea tomar como actitud básica para poder ganar.

Volvamos al caso de Armstrong, quien en el 2012 fue acusado de dopaje por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, tiempo después aceptó haber consumido EPO, testosterona, y transfusiones de sangre para mejorar su rendimiento físico, y lo logró, pero en algún momento debía pagarlo y fue cuando le fueron retirados sus 7 palmares ganados como campeón del Tour de Francia, si revisas estadísticas generales en páginas reconocidas, vas a ver que en ningún lugar aparece como triunfador, ni siquiera se menciona su nombre, salvo para ponerlo como un error a la hora de tomar decisiones…

Referente a lo anterior podríamos decir que su carrera no valió de nada, que tanto esfuerzo limpio que hizo desde pequeño se fue a la basura por querer conseguir más que los demás haciéndolo todo mal… esto más que un caso, es una reflexión para todos los deportistas que en algún momento han considerado consumir drogas como la cocaína, la cannabis, o potenciadores como los esteroides o gonadotropinas. Si de algo estamos seguros en Omar Moreno, es que el consumo de drogas es el peor error en la vida de cualquier persona, y ello se multiplica por 100 cuando hablamos de deportistas, pues no solo se verá afectada su carrera e integridad, sino también el prestigio de las competiciones y el buen nombre de atletas que han entrenado con disciplina, esto aparte del modelo de vida que se deja a las generaciones jóvenes.

Antes de consumir cualquier tipo de droga, recuerda que fuiste el primer espermatozoide en llegar al óvulo, lo que quiere decir que desde antes de nacer, ya tenías todas las capacidades para ganarle al mundo, ¿Por qué no utilizarlas ahora para vencer a tus contrincantes mediante el juego limpio?